Pablo Neruda:

Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.

jueves, 26 de julio de 2007

La gloria y el honor en el deporte (2ª parte)

Gestas Deportivas (I)

El nunca fue un “superclase”. Su forma de pedalear se basaba en la voluntad y el coraje de aquél que ha nacido como un sprinter, y que poco a poco, y gracias a un gran sacrificio y un enorme arrojo, progresa en todas las disciplinas hasta llegar a poder sostener un pulso con los mejores.

Su carrera no puede compararse ni de lejos con la de Miguelón, el gigante navarro, con quien coexistió. Sin embargo, el momento más emocionante que yo he vivido en el deporte de la bicicleta se produjo una tarde de septiembre de 1995, en las montañas de Sierra Nevada, en la Vuelta Ciclista a España.

El ciclismo es una metáfora de la vida. Probablemente el deporte más épico, y sin duda el más duro. Desprende valores tan universales como el sacrificio, el atrevimiento, la bravura y el compañerismo, que uno no puede sustraerse a su encanto.

Era la etapa reina. Laurent Jalabert esperaba una jornada muy movida, especialmente teniendo es cuenta sus limitaciones en la alta montaña, reservada sólo para los más grandes, donde se forjan los grandes mitos y hazañas de este deporte.

Por delante, el alemán del TELEKOM Bern Dietz, que llevaba casi 200 kilómetros en fuga, sacaba al grupo de favoritos un tiempo considerable, aunque se encontraba completamente desfallecido. Puesto que se vio con fuerzas, nada más pasar la pancarta de dos kilómetros a meta “Jaja” demarró para escaparse del grupito de líderes. Poco a poco fue descolgando a todos los demás, incluyendo a su gran rival en la Vuelta, “paquebote” Olano, mientras se iba reduciendo a marchas forzadas la diferencia del teutón.

A poco menos de 300 metros de la meta el de la ONCE llego a la altura del alemán, que se mantenía sobre la bici de puro milagro, con una enorme pájara. En lugar de seguir atacando para ganar la etapa y distanciar a sus rivales en la general (que estaba muy apretada), sobrepasó al fugado, le miró, frenó en seco y le dejó pasar de nuevo, ofreciéndole su rueda, haciendo un elocuente gesto de ánimo y poniéndose de liebre.

En aquellos momentos pensé que no iban a llegar “ni de coña”, y que el francés se había vuelto completamente loco, que estaba perdiendo segundos valiosísimos y poniendo en serio peligro su triunfo final en la Vuelta, ante la crono que se avecinaba. No era mucha la distancia a meta, pero el ritmo era de cicloturista.

Finalmente llegaron, justo antes que Abraham. Dietz ganó la etapa, pero Jalabert, a pesar de no sacar tiempo a su rival, engrandeció su figura con un gesto de fair-play que diferencia a los grandes de los mediocres. “Creo que se lo merecía -dijo-. Lo cierto es que me ha dado corte pasarle, algo que hubiera sido fácil. Sé que he ganado más siendo segundo que venciendo”. El corredor alemán no daba crédito a lo que le acababa de suceder.

Desde aquel día para mí Jalabert pasó de ser un buen corredor, a convertirse en un auténtico campeón. Aquel año ganó la Vuelta, como bien merecía, y años después el maillot de la montaña en el Tour, para entrar en el singularísimo club de los escaladores: el Pirata Pantani, el irlandés Stephen Roche o nuestro Perico, el más carismático de nuestra generación.

Genio, pundonor y tesón. En una época donde los escándalos por el dopaje están dañando la afición por este magnífico deporte (hoy desgraciadamente de completa actualidad), suscribo el comentario que hizo el malogrado Pedro González por televisión: Gracias Laurent Jalabert por hacer este deporte un poco más grande!!!

Poleítos, cuales son vuestras hazañas deportivas preferidas? A ver si os animáis!!!

5 comentarios:

Jesus dijo...

Joer, Juanito. ¡Eres un poeta!, más grande que Juncal.

No me acuerdo de la gesta, a pesar de que estaríamos viéndola juntos en el Asturias con un cortaito y un filter en la mano.

Me hubiera gustado ver y recordar la imagen de Manolo Saenz en ese momento. Seguro que estaría dándose cabezazos contra el volante.

Me falta memoria para acordarme de gestas similares, y de calidad literaria para relatarlas como tu, y hacer saltar lágrimas al que las lea.

El Master dijo...

Bien Juanito, sigue así. Necesitamos el contrapunto al "Jurgol y Tetas" que tu le pones al blog para que esto no se nos vaya de las manos.
Espero que tu próxima crónica se refiera al gran acontecimiento deportivo de esta noche. Esa si que va a ser una gesta histórica, espera y verás.

Salu2 a to2.

BARESI dijo...

GENIAL!! ¿ PARA CUANDO MICHAEL LAUDRUP?¿O QUIZÁ EL JUGADOR DE DIBUJOS ANIMADOS?... O SIMPLEMENTE EL DREAM TEAM?!!
ESPERAMOS IMPACIENTES!!

Anónimo dijo...

Me acuerdo perfectamente de aquella etapa. Ha sido el gesto deportivo más bonito que he tenido la suerte de ver. Se pudo ver perfectamente como se puso a su lado y le dijo: "alez, alez" (creo). Eso sólo lo puede hacer no sólo un campeón si no un gran hombre.
JJ

Bike'n Roll dijo...

Recuerdo como ayer esa etapa, yo la seguí en vivo desde Honduras, (como sigo todo lo que puedo en ciclismo)
quedó en mi memoria y siempre me emociona mucho.
He querido encontrar el video y nunca he podido encontrarlo, pero es algo que nuestros hijos deben ver. Esa grandeza de espíritu, caballerosidad, generosidad y compañerismo (con otro esclavo de la carretera) sólo en el ciclismo se puede ver, un abrazo desde América.