El círculo se ha cerrado, y la herida que todos teníamos dentro por no haber visto en directo la final, comenzó a cicatrizar con la ofrenda de Joaquín el día de su boda, y se ha cerrado cuando uno de los miembros de la expedición londinense ha podido tocar el trofeo.
1 comentario:
Impresionante documento !!!. Siempre he pensado que un pedacito de esa copa es nuestra.
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